El privilegio de dar
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El dar es una obra de gracia, es un regalo que Dios ha puesto en nuestros corazones. La generosidad es una virtud del creyente que no solamente beneficia a aquel que la recibe, la generosidad trasciende ya que engrandece principalmente el nombre de Dios. Cuando damos, estamos reflejando el carácter de Dios en nosotros. Dios ama dar.
—1 Corintios 8:1–9, NBLA:
“1En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica. 2Si alguien cree que sabe algo, no ha aprendido todavía como debe saber; 3pero si alguien ama a Dios, ese es conocido por Él. 4Por tanto, en cuanto a comer de lo sacrificado a los ídolos, sabemos que un ídolo no es nada en el mundo, y que no hay sino un solo Dios. 5Porque aunque haya algunos llamados dioses, ya sea en el cielo o en la tierra, como por cierto hay muchos dioses y muchos señores, 6pero para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien proceden todas las cosas y nosotros somos para Él; y un solo Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por medio de Él existimos nosotros. 7Sin embargo, no todos tienen este conocimiento. Porque algunos, estando acostumbrados al ídolo hasta ahora, comen alimento como si este fuera sacrificado a un ídolo, y su conciencia, siendo débil, se mancha. 8Pero la comida no nos recomendará a Dios, pues ni somos menos si no comemos, ni somos más si comemos. 9Pero tengan cuidado, no sea que esta libertad de ustedes de alguna manera se convierta en piedra de tropiezo para el débil.”