¡Incircuncisos!
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Debemos ser muy cuidadosos porque nuestra tendencia es convertirnos en fariseos modernos legalistas hipócritas auto engañados cuando tenemos una mala comprensión y un deficiente entendimiento de la Ley, el evangelio y la gracia de Dios.
En los vv. 25-29 el apóstol Pablo nos ayuda con esto cuando él aborda el grave problema de los judíos que creían que por su circuncisión externa eran aceptables para Dios.
Hoy ustedes son llamados a examinar su cristianismo para que determinen si están obedeciendo al Señor en su diario vivir, o están confiados en que son hijos de Dios solo por sus prácticas religiosas.
—Romanos 2.25-29; NBLA:
“25Pues ciertamente la circuncisión es de valor si tú practicas la ley, pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión se ha vuelto incircuncisión. 26Por tanto, si el incircunciso cumple los requisitos de la ley, ¿no se considerará su incircuncisión como circuncisión? 27Y si el que es físicamente incircunciso guarda la ley, ¿no te juzgará a ti, que aunque tienes la letra de la ley y eres circuncidado, eres transgresor de la ley? 28Porque no es judío el que lo es exteriormente, ni la circuncisión es la externa, en la carne. 29Pues es judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Dios.”