La Santa Ley
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Un corazón pecaminoso no transformado siempre escogerá hacer el mal antes que el bien. El hombre se encontrará ante la oportunidad de hacer el bien o de obedecer, pero su corazón pecaminoso lo seducirá y lo forzará a escoger por sobre todas las cosas: el mal. En este pasaje, de los versículos del 7 al 13; el apóstol Pablo nos enseñara que la ley es buena, justa y santa; y que el pecado es extremadamente malo.
—Romanos 7.7-13; NBLA:
“7¿Qué diremos entonces? ¿Es pecado la ley? ¡De ningún modo! Al contrario, yo no hubiera llegado a conocer el pecado si no hubiera sido por medio de la ley. Porque yo no hubiera sabido lo que es la codicia, si la ley no hubiera dicho: «No codiciaras». 8Pero el pecado, aprovechándose del mandamiento, produjo en mí toda clase de codicia. Porque aparte de la ley el pecado está muerto. 9En un tiempo yo vivía sin la ley, pero al venir el mandamiento, el pecado revivió, y yo morí; 10y este mandamiento, que era para vida, a mí me resultó para muerte; 11porque el pecado, aprovechándose del mandamiento, me engañó, y por medio de él me mató. 12Así que la ley es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno. 13¿Entonces lo que es bueno vino a ser causa de muerte para mí? ¡De ningún modo! Al contrario, fue el pecado, a fin de mostrarse que es pecado al producir mi muerte por medio de lo que es bueno, para que por medio del mandamiento el pecado llegue a ser en extremo pecaminoso.”