Promesas vacías
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Un personaje dijo una vez: “Si avanzo sígueme, si me detengo empújame, si retrocedo mátame”. ¿Quién creen ustedes que dijo esta frase? ¿Moisés, David, Goliath, Sansón, Jesús, Pablo? Fue Ernesto Che Guevara. Los kaibiles usan esta frase como su lema de entrenamiento. La idea en esta frase es la de jamás retroceder, y estar fiel y ferozmente comprometidos con una causa, un movimiento, una convicción, una promesa o un pacto. Pero ¿Cuántos de nosotros hemos hecho promesas vacías durante nuestras vidas? ¿Cuántos hemos hecho falsas promesas? ¿A nuestros hijos, nuestra esposa, a la novia o el novio, en el trabajo, a los cuates o a Dios mismo, etc.? ¿Por qué actuamos así tantas veces? La respuesta es muy básica y sencilla, pero con fuertes implicaciones y consecuencias. Somos pecadores; mentirosos por naturaleza. Somos incapaces de sostener promesas, compromisos y pactos a no ser si nos conviene cumplir, entonces sí buscamos ser cumplidores. La frase del Che Guevara puede parecer muy buena, sin embargo, fue dicha en un contexto de avanzar en la imposición del comunismo y de rebelarse contra los gobiernos imperialistas o democráticos a través de guerras revolucionarias.
Nehemías 9.38–10.39, BTX IV
“38A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes. 1Y los que firmaron fueron: el gobernador Nehemías ben Hacalías, y los sacerdotes Sedequías, 2Seraías, Azarías, Jeremías, 3Pasur, Amarías, Malquías, 4Hatús, Sebanías, Maluc, 5Harim, Meremot, Obadías, 6Daniel, Ginetón, Baruc, 7Mesulam, Abías, Mijamín, 8Maazías, Bilgay y Semeías; 9y los levitas Jesúa ben Azanías, Binúi, de los hijos de Henadad, Cadmiel, 10y sus hermanos Sebanías, Hodías, Kelita, Pelaías, Hanán; 11Micaía, Rehob, Hasabías, 12Zacur, Serebías, Sebanías, 13Hodías, Bani, Beninu; 14los cabezas del pueblo: Paros, Pahat Moab, Elam, Zatu, Bani, 15Buni, Azgad, Bebay, 16Adonías, Bigvay, Adín, 17Ater, Ezequías, Azur, 18Hodías, Hasum, Bezay, 19Harif, Anatot, Nebay, 20Magpías, Mesulam, Hezir, 21Mesezabeel, Sadoc, Jadúa, 22Pelatías, Hanán, Anaías, 23Oseas, Hananías, Hasub, 24Halohes, Pilha, Sobec, 25Rehum, Hasabna, Maasías, 26Ahías, Hanán, Anán, 27Maluc, Harim y Baana. 28Y el resto del pueblo, y los sacerdotes y los levitas, los porteros y cantores, los netineos y todos los que se habían apartado de los pueblos de la tierra hacia la ley de Ha-Elohim, sus mujeres, sus hijos y sus hijas, todo el que tenía comprensión y discernimiento, 29se unieron a sus hermanos, sus nobles, y se conjuraron bajo maldición de andar en la ley de Ha-Elohim, dada por Moisés, siervo de Ha-Elohim, y observar y cumplir todos los mandamientos de Yhvh nuestro Adonai, así como sus decretos y estatutos; 30y que no daríamos nuestras hijas a los pueblos de la tierra, ni tomaríamos sus hijas para nuestros hijos; 31y que no les compraríamos en shabbat a los pueblos de la tierra que traían mercaderías y cereales de todo tipo para vender en día de shabbat ni en día santo; y que dejaríamos descansar la tierra en el año séptimo, y en él remitiríamos toda deuda. 32Además, nos impusimos la obligación de contribuir cada año con el tercio de un siclo para el servicio de la Casa de nuestro Elohim: 33El pan de la proposición y la ofrenda continua, el holocausto perpetuo de los sábados, novilunios y tiempos señalados, las consagraciones y ofrendas por el pecado en expiación por Israel, y para toda obra en la Casa de nuestro Elohim. 34E hicimos echar suerte entre los sacerdotes y levitas y el pueblo respecto a la leña para la ofrenda, a fin de traerla a la Casa de nuestro Elohim, según nuestras casas paternas, en tiempos determinados, de año en año, para quemar sobre el altar de Yhvhnuestro Elohim, como está escrito en la ley. 35Y para traer de año en año las primicias de nuestra tierra y las primicias de todo fruto de todo árbol a la Casa de Yhvh; 36así como también los primogénitos de nuestros hijos y los primerizos de nuestras bestias, como está escrito en la ley, así como los de nuestras vacadas y rebaños a la Casa de nuestro Elohim, para los sacerdotes que ofician en la Casa de nuestro Elohim. 37También acordamos llevar la primicia de nuestras masas, de nuestras ofrendas alzadas, del fruto de todo árbol, del vino nuevo y del aceite para los sacerdotes a las cámaras de la Casa de nuestro Elohim, y el diezmo de nuestro terreno a los levitas, porque ellos, los levitas, reciben los diezmos de nuestra labranza en todas las ciudades. 38Y un sacerdote hijo de Aarón estaría con los levitas, cuando los levitas tomen los diezmos, y los levitas traerían el diezmo de los diezmos a la Casa de nuestro Elohim, a las cámaras, en la tesorería. 39Por cuanto los hijos de Israel y los hijos de Leví han de llevar la ofrenda del grano, del vino nuevo y del aceite a las cámaras donde están los utensilios del santuario, los sacerdotes que ofician, los porteros y los cantores; y nos comprometimos a no abandonar la Casa de nuestro Elohim.”