Radicales
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Hay dos formas de ser radicales, una positiva y una negativa.La negativa es la que nos lleva hacia el legalismo o hacia el antinomianismo (libertinaje). La primera es vivir solo con ley, la segunda es vivir sin ley. Las dos son herejías.
El llamado es a vivir vidas cristianas que sean afectadas profundamente por el evangelio y estar dispuestos a atacar de forma radical el pecado.Un problema que trae resultados graves es cuando la Palabra de Dios y Dios mismo son ignorados y no se toman con seriedad:En consecuencia, no se actúa de forma radical contra el pecado, lo que acarrea resultados desastrosos para las vidas de las personas y sus familias.
Esdras 9.1-10.44
“1Al completarse estas cosas, se aproximaron a mí los príncipes, diciendo: El pueblo de Israel y los sacerdotes y los levitas no se han separado de los pueblos de la tierra, y han hecho conforme a sus abominaciones, esto es, de los cananeos, los hititas, los ferezeos, los jebuseos, los amonitas, los moabitas, los egipcios y los amorreos.2Porque han tomado de sus hijas para sí y para sus hijos, y han emparentado la descendencia santa con los pueblos de las tierras, y la mano de los príncipes y de los altos dignatarios ha sido la primera en esta infidelidad.3Cuando oí hablar de este suceso, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué de los cabellos de mi cabeza y de mi barba, y me senté consternado. 4Entonces se acercaron a mí todos los que temblaban ante las palabras del Dios de Israel, a causa de la infidelidad de los del cautiverio, pero yo seguía sentado, consternado, hasta el sacrificio de la tarde. 5Y al sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción, y rasgado mi vestido y mi manto, hinqué mis rodillas y extendí mis palmas hacia yhvh mi Dios, 6y le dije: ¡Oh Dios mío, estoy confuso y avergonzado para elevar mi rostro ante Ti, Dios mío, porque nuestras iniquidades se han multiplicado por encima de nuestra cabeza y nuestros delitos han crecido hasta los cielos! 7Desde los días de nuestros padres hemos pecado en gran manera hasta este día, y por nuestras iniquidades nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes, hemos sido entregados en mano de los reyes de las tierras, a la espada, al cautiverio, al saqueo y a la confusión de rostro, como en este día. 8Y ahora, por un breve momento, es misericordia de yhvh nuestro Dios dejarnos un remanente y darnos un puntal en su lugar santo, al iluminar nuestro Dios nuestros ojos y concedernos un pequeño avivamiento en medio de nuestra esclavitud. 9Por cuanto esclavos somos, pero en nuestra esclavitud no nos desamparó nuestro Dios, sino que extendió sobre nosotros misericordia delante de los reyes de Persia, para que se nos concediera la preservación de la vida, a fin de erigir la Casa de nuestro Dios y restaurar sus ruinas, y darnos amparo en Judá y en Jerusalem.10Pero ahora, oh Dios nuestro, ¿qué diremos después de esto? Porque nosotros hemos abandonado tus mandamientos, 11los cuales prescribiste por medio de tus siervos los profetas, diciendo: La tierra que vais a poseer es una tierra inmunda a causa de la abominación de los pueblos de las tierras, por sus prácticas abominables con que la han llenado de un extremo a otro con sus inmundicias, 12por lo que no habréis de dar vuestras hijas a los hijos de ellos, ni sus hijas tomaréis para vuestros hijos, ni procuraréis su paz ni su bien para siempre, a fin de que seáis fortalecidos, y comáis lo bueno de la tierra, y la dejéis en posesión a vuestros hijos para siempre. 13Pero después de todo lo que nos ha sobrevenido por nuestras malas obras y por nuestra gran culpa, viendo que Tú, Dios nuestro, nos has preservado, incluso bajo nuestra iniquidad, y nos diste un remanente como éste,14¿volveremos a violar tus mandamientos emparentando con pueblos que cometen tales abominaciones? ¿No te indignarías contra nosotros hasta consumirnos, sin que quedara remanente ni escapatoria? 15¡Oh yhvh, Dios de Israel! Tú eres justo, porque nos ha quedado un remanente hasta este día. He aquí estamos ante Ti con nuestra culpa, porque nadie puede estar en pie delante de Ti a causa de esto.” —Esdras 9.1–15, BTX
“1Y mientras Esdras oraba y hacía confesión, llorando y postrado delante de la Casa de Dios, se reunió en torno a él una gran multitud de hombres y mujeres y niños de Israel; y todo el pueblo lloraba amargamente. 2Entonces Secanías ben Jehiel, uno de los hijos de Elam, tomó la palabra y dijo a Esdras: Nosotros hemos sido infieles para con nuestro Dios, cohabitando con mujeres extranjeras de los pueblos de la tierra, pero aún hay esperanza para Israel con relación a esto. 3Ahora pues, concertemos un pacto con nuestro Dios para expulsar a todas las mujeres y los nacidos de ellas, según el consejo de mi señor y de los que tiemblan ante el mandamiento de nuestro Dios, y sea hecho eso de acuerdo con la Ley. 4¡Levántate, porque sobre ti está la tarea, y nosotros estaremos contigo! ¡Esfuérzate, y pon manos a la obra! 5Entonces Esdras se levantó, e hizo jurar a los principales sacerdotes y a los levitas, y a todo Israel, que harían conforme a esta palabra; y así juraron. 6Levantóse pues Esdras de delante de la Casa de Dios, y entró en la cámara de Johanán ben Eliasib. Y cuando estuvo allí, no comió pan ni bebió agua, pues estaba afligido por causa de la infidelidad de los deportados. 7E hicieron pasar pregón por Judá y Jerusalem a todos los hijos del cautiverio que debían reunirse en asamblea en Jerusalem, 8y a todo el que no llegara en tres días, conforme al acuerdo de los príncipes y de los ancianos, toda su hacienda fuera hecha anatema, y él mismo fuera proscrito de la congregación del cautiverio. 9Se reunieron, pues, todos los hombres de Judá y Benjamín en Jerusalem dentro de los tres días. Era el mes noveno, el veinte del mes, y todo el pueblo se sentó en la plaza de la Casa de Dios, temblando a causa de aquel asunto y por la gran lluvia. 10Y el sacerdote Esdras se levantó y les dijo: Vosotros habéis sido infieles cohabitando con mujeres extranjeras, aumentando la culpabilidad de Israel.11Ahora pues, haced confesión a yhvh, el Dios de vuestros padres, y haced lo que a Él le agrada, y apartaos de los pueblos de esta tierra y de las mujeres extranjeras. 12Entonces toda la congregación respondió y dijo a gran voz: ¡Sí! que se haga con nosotros conforme a tu palabra; 13pero la gente es mucha y es tiempo de lluvias, y no tenemos fuerza para permanecer afuera, ni es éste un trabajo de un día o dos, porque somos muchos los que hemos pecado en esto. 14Permanezcan ahora nuestros principales por toda la congregación, y todos los que en nuestras ciudades tengan mujeres extranjeras vengan en tiempos determinados, y con ellos los ancianos de cada ciudad, y sus jueces, hasta que se haya apartado de nosotros el ardor de la ira de nuestro Dios acerca de este asunto. 15Sólo Jonatán ben Asael y Jahazías ben Ticva se opusieron, y los levitas Mesulam y Sabetai los apoyaron. 16Pero los hijos del cautiverio lo hicieron así. Y fueron escogidos por el sacerdote Esdras hombres cabezas de las familias de la casa de sus padres, todos ellos por sus nombres. El primer día del mes décimo se sentaron para considerar el asunto, 17y en el primer día del mes primero concluyeron el juicio de todos aquellos que habían cohabitado con mujeres extranjeras. 18Y entre los hijos de los sacerdotes, se halló que habían cohabitado con mujeres extranjeras, algunos de los hijos de Jesúa ben Josadac, y de sus hermanos, Maasías, Eliezer, Jarib y Gedalías. 19Y estuvieron de acuerdo en expulsar a sus mujeres, y por ser culpables, ofrecieron un carnero del rebaño por su delito. 20De los hijos de Imer: Hanani y Zebadías. 21De los hijos de Harim: Maasías, Elías, Semaías, Jehiel y Uzías. 22De los hijos de Pasur: Elioenai, Maasías, Ismael, Netanel, Jozabad y Elasa.23De los levitas: Jozabad, Simei, Kelaía (éste es Kelita), Petaías, Judá y Eliezer. 24De los cantores: Eliasib; de los porteros: Salum, Telem y Uri. 25De entre los de Israel: de los hijos de Paros: Ramía, Jezías, Malquías, Mijamín, Eleazar, Malquías y Benaía. 26De los hijos de Elam: Matanías, Zacarías, Jehiel, Abdi, Jeremot y Elías. 27De los hijos de Zatu: Elioenai, Eliasib, Matanías, Jeremot, Zabad y Aziza. 28De los hijos de Bebai: Johanán, Hananías, Zabai, Atlai. 29Y de los hijos de Bani, Mesulam, Maluc, Adaía, Jasub, Seal y Ramot. 30De los hijos de Pajat-moab: Adna, Quelal, Benaía, Maasías, Matanías, Bezaleel, Binúi y Manasés. 31De los hijos de Harim: Eliezer, Isías, Malquías, Semeías, Simeón, 32Benjamín, Maluc, Semarías. 33De los hijos de Hasum: Matenai, Matata, y Zabad, Elifelet, Jeremai, Manasés, Simei. 34De los hijos de Bani: Madai, Amram y Uel, 35Benaía, Bedías, Quelúhi,36Vanías, Meremot, Eliasib, 37Matanías, Matenai y Jaasai, 38Bani, y Binúi, Simei, 39Selemías, Natán, y Adaía,40Macnadebai, Sasai, Sarai, 41Azareel, y Selemías, Semarías, 42Salum, Amarías y José. 43De los hijos de Nebo: Jeiel, Matatías, Zabad, Zebina, Jadau, Joel y Benaía. 44Todos éstos habían cohabitado con mujeres extranjeras, y algunos de ellos tenían mujeres que les habían dado a luz hijos.” —Esdras 10.1–44, BTX